De todas las esculturas que componen esta exposición no me negareis que es esta "la petite danseuse de quatorza ans" no tiene algo especial que las demás no tienen , con la falda  de tul y el lazo de satén rosa de su trenza, no me extraña que Degas la mostrara en 1881. Dijeron de la bailarina que se mostraba con un cruel realismo y que su rostro era aquel "en el que todos los vicios imprimen sus odiosas promesas, marca de un carácter particularmente vicioso". A mi me parece maravillosa, inocente, natural, puedes observarla y ella ni se inmuta.

Las otras las encontraron en su estudio, después de muerto, y sus marchantes y herederos decidierón multiplicar en bronce todas aquellas figuras de cera y barro que Degas no queria mostrar al mundo.